Ellas, las nenas, las niñas

Todavía hay quien pregunta, que por qué tiene que haber un día “de la niña”, si estamos molestando tanto con el tema de la igualdad, si ya existe “el día del niño” que es para todos los infantes, inclusivo e igualitario.   En esta última semana he tenido dos conversaciones con dos buenas amigas, ambas misioneras,Sigue leyendo «Ellas, las nenas, las niñas»

La vuelta de «nuestros mayores»

Leyendo esta semana la noticia de la destrucción por un incendio de la gran biblioteca universitaria de Ciudad del Cabo, me acordé de Irene Vallejo, que tendrá que actualizar tristemente su «Infinito en un junco», y también de un proverbio africano, que dice que cuando muere un anciano se pierde una biblioteca. A falta deSigue leyendo «La vuelta de «nuestros mayores»»

Y tú, ¿con qué sueñas?

La voz de Aruna tiembla en el mensaje de voz como las hojas recién nacidas del árbol, mecidas por el viento. Vibrantes ante la explosión primaveral. «¡¡Gracias, gracias y miles de gracias!!»- repite – y añade todo tipo de bendiciones divinas para sus benefactores. «Estáis haciendo realidad mis sueños». El muchacho está pletórico, porque seSigue leyendo «Y tú, ¿con qué sueñas?»

¿ABURRIQUÉ?

Los psicólogos están de acuerdo: los niños que más tienen son también los que más se aburren. El consumismo desenfrenado que caracteriza a nuestra sociedad está haciendo especial mella en los más pequeños. Las consecuencias son alarmantes, pero estamos a tiempo de aprender. “Me aburro” es una frase que siempre pronuncian niños rodeados de juguetes.Sigue leyendo «¿ABURRIQUÉ?»

Una mano como la de Abu Kanu

Hoy quiero confesar que soy una de esas personas ingenuas que en tiempos de confinamiento llegó a pensar que esta pandemia nos cambiaría para bien. Mis esperanzas tenían su razón de ser: en esos días veíamos cómo de repente conocíamos los nombres de nuestros vecinos, nos ofrecíamos a realizar las compras ajenas, tendíamos la manoSigue leyendo «Una mano como la de Abu Kanu»

Los nombres detrás de los números

¿Qué será lo primero que hagas cuando tengas al fin dos piernas enteras? – le pregunté a Ever hace ocho años. Él respondió con contundencia: “¡Manejar una moto!”, abriendo los ojos como quien abre dos ventanas a un futuro cierto y feliz. Por entonces Ever era un chaval avispado, lleno de energía, sin un pesoSigue leyendo «Los nombres detrás de los números»